miércoles, 1 de diciembre de 2010

La confusion en la escritura

¿Puedo saber si tengo las ideas claras o confusas por mi escritura? ¿Cómo puedo arreglarlo? Para ilustrar este aspecto analizaremos algunos detalles de una de las cartas del más famoso asesino en serie: la primera carta de JACK el destripador.

Estas preguntas me las hacen muy a menudo en mi trabajo, sobretodo la primera, no se explican qué tiene que ver su forma de escribir con los líos que anden por su cabecita. Desde luego es uno de los aspectos que primero se aprecian en una escritura. He de aclarar primero que la confusión no quiere decir que no se entiendan bien las letras sino que las partes de abajo de las palabras como son los “pies” de g, j, y, se “meten” en el renglón de abajo y chocan con la parte central del renglón siguiente o con la parte de arriba de las letras “altas” como l, b, h, t, etc. Tampoco es igual que penetre en la otra palabra con un ángulo o con una curva.

Aclarado esto, esos choques entre las letras de un escrito además también expresan en qué grado invades la vida de los demás, y ya sabes, si te preocupas demasiado por lo que los demás hacen o dicen, quizás tienes tu propia vida un poco desatendida.

La carta de Jack el destripador


Os voy a poner como ejemplo para ilustrar este asunto la primera carta que presuntamente envió Jack al comisario encargado del caso Mister Lusk, y que él mismo tituló “Desde el infierno”, la carta está escrita en inglés y data de 1.888, época en que sucedieron los crímenes.


Según he comentado arriba, no creo que nadie pueda dudar del magnifico lío que debía de tener Jack el destripador en su mente para cometer 5 asesinatos de la escalofriante manera en que los cometió (incluso se llegó a decir que podría ser cirujano debido a los perfectos cortes que producía) y tampoco tengo ninguna duda al respecto de que invadía la vida de los demás, ya que mataba a mujeres a las que ni siquiera conocía por el mero de hecho de ser prostitutas, ya que él odiaba a quienes se dedicaban a esto.


La carta está escrita en rojo. Él decía que era porque estaba escrita con la sangre de sus víctimas. Este extremo no se ha podido comprobar, pero de todas formas no importa si es cierto o no, el efecto que quería producir era ese.


Esta es la carta y lo que quiero que observes en primer lugar es lo que te comentaba, que casi todos los “pies” de las letras se mezclan con el renglón de abajo e incluso hay veces que lo sobrepasan. Después quiero que repares en dos detalles muy significativos y que nunca he visto analizado en las muchas interpretaciones y análisis que se han hecho de la carta durante años.

En el renglón 1 del texto dentro del círculo rojo está la palabra “half” cuya “f” se prolonga hasta el renglón 2 pero fíjate en qué palabra está clavada en forma de cuchillo, en la palabra women, es decir, mujer en español ¿es casual que se clave en forma de ángulo en la palabra mujer? ¿Le traicionó su mente expresando el odio que sentía hacia ese tipo de mujeres?


Ahora quiero que repares en la última parte de la carta, la despedida, en la que dice “Firmado, atrápame cuando puedas Mister Lusk”.

Aquí en el renglón 9 dentro del circulo rojo, la “y” de la palabra “you” atraviesa toda la palabra mister, señor en español, y lo que quiero que veas es la diferencia en la forma del pie de la “y” que es totalmente curvo, porque en este caso estaba retando a alguien que consideraba su igual en nivel o en inteligencia.

¿No está expresando Jack en su escritura, las ideas que estaban en su mente?

Esto es lo que quiero que veas. Cómo, analizando tu escritura, puedes obtener valiosísimos datos sobre ti y que expresas de forma totalmente inconsciente. De manera que conociéndote mejor puedas deshacerte de esas ideas que están en tu mente y que no te gustan demasiado…


Se me olvidaba un detalle y es que cuando veo que una persona escribe en rojo cuando tiene a su alcance bolígrafo azul o negro siempre me acuerdo de Jack y su escritura hecha con sangre de las victimas…


Grafoterapia, ¿Qué hay aquí para mi?


Después de esta exposición vamos a pasar a la grafoterapia. Es decir, ¿Cómo puedo cambiar esto si está presente en mi escritura? Primero te pediría que compruebes con un escrito libre copiando de un libro o revista y luego chequees tu escritura para ver si en ella hay presentes estos choques entre letras de los distintos renglones. ¿Los hay? ¿Lo haces mucho o poco? ¿No hay letras que chocan entre si?


Si detectas estos choques entre líneas, te puedes poner a corregirlo de una manera muy sencilla. Coge una hoja de papel de esas que están señalados los renglones, como las que se usan en el colegio para no salirte de la línea, y escribes dejando un renglón entre medias sin escribir. Es decir escribes en el renglón 1, 3, 5, 7 dejando en blanco el 2, 4, 6. Esto puedes hacerlo durante unos 10 minutos todos los días para que des espacio a tu mente y aclares tus ideas. También te servirá para que dejes de ocuparte de la vida de los demás, de lo que hacen, de lo que dicen, y repares más en la tuya propia.


¿Qué magia hay en cambiar mi escritura?

Pues ninguna, aquí no hay magia en cambiar la forma de escribir y que tú cambies a continuación. De lo que se trata es de que veas que problemas hay en tu vida y que están pasando desapercibidos y que cuando los identifiques por medio de la escritura, tomes la decisión de corregirlo, porque entonces ya estás tomando en tu mente una postura de decisión mental de hacer un cambio en tu vida. De romper con los viejos hábitos que interrumpen tu proceso de cambio de una manera escondida. De eliminar el qué dirán, que van a pensar de mí si hago esto o aquello, en fin de romper con las limitaciones que tu mismo te impones en base a lo que opinen los demás y de que te decidas a hacer lo que realmente quieres hacer.

En un libro de esos que hablan de las leyes de Murphy, vi un párrafo muy interesante a la hora de perder el miedo a lo que piensen los demás. Decía: “No se preocupe por lo que los demás piensen de usted, están demasiado ocupados, preguntándose por lo que usted pensará de ellos”.


* Este artículo forma parte de nuestra Revista digital de Psicología y Grafología nº2. Puedes suscribirte aquí y te la enviaremos de forma totalmente gratuita

Este artículo puede ser referenciado y/o extractado parcialmente enlazando siempre con el origen http://psicologia-grafologia.blogspot.com/2010/12/la-confusion-en-la-escritura.html


lunes, 29 de noviembre de 2010

¿Que puede hacer por mi la grafologia?

El punto de la “i”

Quiero empezar con el punto de la “i” la sección de grafología, que es una de mis pasiones desde que tuve mi primer contacto con esta útil técnica y empecé a estudiarla allá por el mes de Diciembre de 1998. Han pasado ya 12 años y he ido descubriendo utilidades que nunca podía haber sospechado; la he usado como complemento en mi trabajo de psicóloga y las he ido adaptando, de manera que he podido observar que realmente funciona.
Sobretodo al inicio de un tratamiento, la grafología sirve de gran ayuda. La escritura identifica la forma de ser, tendencias y problemas más frecuentes que tiene la persona, así como su causa, sin tener que recurrir a tediosas y largas sesiones de preguntas y respuestas recabando datos del paciente. Hay que tener en cuenta que en ese momento lo que menos le apetece es ponerse a recordar el “problema” que le ha llevado a consulta y volver a revivirlo.
Normalmente soy yo quien le dice a la persona qué es lo que le pasa y en un primer momento, suelen quedarse un poco sorprendidos. La pregunta que sigue a continuación suele ser: “¿Tanto se ve en lo que escribo?”, a la que sigue la pregunta clásica: “¿qué ves en mi firma?”.

He comprobado como algunas personas cuando ya han llegado a un nivel de bienestar después de haber seguido el tratamiento, les enseño su primer escrito y con sólo ver su escritura antigua dicen: ¡qué mal estaba yo entonces! ¡Fíjate que firma hacía!

He leído una bonita descripción de la firma que dice es “la autobiografía abreviada de una persona” y he podido comprobar que es totalmente cierto. Todas las personas que han “cultivado” su escritura aunque sea por poco tiempo se hacen verdaderas “inspectoras” de la escritura de los demás. Empiezan a entender como una persona en su firma está manifestando realmente como es y sobre todo con la rúbrica, está expresando todos los mecanismos de defensa que necesitamos para presentarnos ante los demás.

Deseo popularizar la grafología para que veas como te puede ayudar y lo sencillo que es ponerla en práctica, por tanto no voy a escribir para otros grafólogos ya que hay magnificas revistas de grafología para entendidos en la materia. Voy a escribir para ti, para la persona normal de la calle que tenga curiosidad por aprender cosas nuevas y a la vez beneficiarse de ello.

Vamos a comenzar nuestro paseo por la grafología con el punto de la “i” ya que es muy fácil identificar y corregir su significado y es una letra muy agradecida en el momento en que la empiezas a cultivar.


La “i” minúscula y “la memoria”

Vamos a abordar en esta primera ocasión una de las letras más importantes para la memoria, la atención y la concentración. Parece mentira que algo tan pequeño como un punto sea tan significativo, sin embargo es cierto ¡el punto de la i es la parte más informativa de esta letra! También te va a ayudar a que te conozcas mejor y a poder cambiar lo que no te gusta.

En principio te sugiero que hagas un escrito libre copiando de un libro o revista unos párrafos, antes de ver qué significa cada tipo de punto, si no sería hacer trampa ¿no crees?

Hay muchos modelos más; aquí solo voy a mostrarte algunos y su significado:


Hasta aquí hemos visto varios modelos con los cambios que se dan con mayor frecuencia y sobre ellos vamos a trabajar en la siguiente sección. De esta manera podrás aplicar de forma inmediata las bases en las que se asienta la grafoterapia o el tratamiento con la modificación de la escritura.

APLICACIONES DE LA GRAFOLOGÍA.

Le puso los puntos sobre la “i”

En primer lugar quisiera que recuerdes cuantas veces has oído decir “le puso los puntos sobre la “i”. Esto casi siempre quiere decir que a una persona se le ha hablado muy claro, muy concreto, sin dejar ninguna duda al respecto. Pues bien ya que hayas autochequeado las “íes” de tu escrito te darás cuenta, que no siempre las hacemos igual, pero verás como en general puedes distinguir que hay un tipo que se repite más que los otros, esa será la forma tuya de hacer la “i”, la que haces más a menudo.
Vamos a poner varios ejemplos para que veas como lo puedes aplicar en ti.

1. Normal

¡Enhorabuena! Sueles hablar y actuar de una manera concreta y correcta sin dar demasiadas vueltas ni demasiadas explicaciones. No sueles tener despistes, ni fallos de memoria. No necesitas corregir nada. Tienes la cabeza sobre los pies.

2. Con el punto adelantado
Sabes que te emocionas con facilidad y haces muchos planes y te propones metas, pero también sabes que a menudo no las cumples o las dejas a medias. Eso te fastidia porque a veces cuando te ilusionas con algo, ya cuentas con que seguro que luego no lo vas a continuar, por tanto optas por hacer pocas cosas. Al final acabas por no hacerte caso a ti mismo/a. La solución es que hagas caligrafía poniendo el punto enfrente de la i. Más abajo te explico como hacer la grafoterapia.


3. Con el punto atrasado

Tu trabajo ideal es el que conoces bien y prefieres ser un “mandado” porque no te gusta que te den puestos de responsabilidad, mejor obedecer y hacer trabajos monótonos que no requieran pensar. También puedes tener dudas antes de empezar tus trabajos. Puedes decir que no te gusta meterte en líos, que prefieres la tranquilidad, etc., pero en definitiva en algunos momentos llegarás a pensar en lo poco que disfrutas de tus quehaceres y que todos los días son iguales siempre haciendo lo mismo. La solución es que hagas caligrafía poniendo el punto enfrente de la “i”. ¡Déjate sorprender! Más abajo te explico como hacer la grafoterapia.


4. Punto en forma de acento inclinado hacia abajo

Tienes la cabeza dura ¿verdad? ¡Qué le vamos a hacer! Eso le pasa a mucha gente. Defiendes con toda la vehemencia que puedes tus puntos de vista. Te puedo decir al respecto que jamás he conocido a nadie que siempre tenga razón en todo, por tanto a no ser que seas una excepción… Cámbialo y con toda seguridad te vas a sentir más libre al no tener que estar continuamente defendiendo tu punto de vista. ¡Deja la demagogia a los políticos! La solución es que hagas caligrafía poniendo un punto en lugar de un acento. Más abajo te explico como hacer la grafoterapia.


5. Punto en forma de acento hacia arriba

¡Te encanta el combate! Normalmente esperas para saber que opinan los demás de un asunto y luego expresas el tuyo como toque final, por supuesto diferente al de la mayoría, ¡faltaría más! Con esta forma de ser la convivencia contigo será un poco fría y distante. Si recapacitas te darás cuenta de la cantidad de energía que te vas a ahorrar en satisfacer a tu ego continuamente y que podría venirte muy bien para otras cosillas… La solución es que hagas caligrafía poniendo un punto en lugar de un acento. Aunque pensándolo bien lo más seguro es que creas que yo estoy equivocada. De todos modos abajo te explico como hacer grafoterapia por si quieres.

6. Con el punto en forma de cabeza de flecha
Sueles tener mucha paciencia, demasiada diría yo, aguantas y aguantas hasta que no puedes más y entonces sacas tu látigo y dejas a los demás boquiabiertos de tus brotes de genio. Evidentemente tu problema es la dosificación. Sería mucho mejor ir “poniendo los puntos sobre la “i” (nunca mejor dicho) según se presentan las circunstancias, y así te ahorrarías luego disgustos. La virtud siempre está en el término medio. La solución es que hagas caligrafía poniendo un punto en lugar de una cabeza de flecha. Más abajo te indico como hacer grafoterapia.

7. Sin punto
Lo tuyo son los despistes. Sin embargo mucha gente dice que no suelen tenerlos, y es que se da la paradoja de que muchas personas que omiten el punto de la “i” están muy atentos y no se les escapa nada del trabajo, sin embargo luego no se acuerdan de los detalles normales del convivir diario, no pueden acordarse de esas pequeñeces sin importancia. ¡Es que como están tan liados con el trabajo no se dan mucha cuenta de lo que pasa a su alrededor! La solución es que le pongas el punto a la “i” y te dejes de excusas. A continuación te indico como hacer la grafoterapia.

Cómo hacer grafoterapia. Haciendo “los deberes”

Grafoterapia consiste en hacer coger un hábito en la escritura, instalando un reflejo condicionado en tu cerebro. Es decir haciendo todos los días el trazo que hay que cambiar, hasta que se integre en tu escritura habitual de una forma espontánea.

Para ello todos los días debes hacer dos renglones con la letra “i” según el modelo nº 1 en un folio sin rayas ni cuadros poniendo la fecha en que lo haces y escogiendo para ello la misma hora si puede ser. Esto no te va a ocupar más de cinco minutos. Debes procurar que no te molesten para que pongas atención en lo que estás haciendo.

Excepto cuando estés haciendo la terapia, el resto del día no te preocupes en absoluto de cómo escribes ni como haces la “i”, poco a poco verás como esta rutina diaria se establece en tu letra y después te empezarás a sorprender de cómo espontáneamente lo empiezas a corregir en tu escritura.

Paralelamente verás como también se empieza a corregir en tu vida la circunstancia que te molestaba. Verás como poco a poco dejarás de ser despistado si ese era tu problema, o que no te empeñas tanto en tus cabezonerías si es que eras un poco terco. Cada persona, es diferente en sus progresos con la grafoterapia, aunque como norma general a los 15 días ya se empiezan a observar cambios.



* Este artículo forma parte de nuestra Revista digital de Psicología y Grafología nº1. Puedes suscribirte aquí y te la enviaremos de forma totalmente gratuita

Este artículo puede ser referenciado y/o extractado parcialmente enlazando siempre con el origen http://psicologia-grafologia.blogspot.com/2010/11/que-puede-hacer-por-mi-la-grafologia.html

martes, 2 de noviembre de 2010

La Salud y los hipoteticos avances de la Medicina

Hoy estoy recordando una frase atribuida a los romanos que dice “Mens sana in corpore sano” (mente sana en cuerpo sano).
Y esto querido lector es una verdad como un castillo, nadie que tenga su alma limpia como una patena, que la escuche y le dé todo lo que le pide, va a tener enfermedad alguna.
Los que hemos estado enfermos de alguna dolencia grave o que nos hemos tenido que someter a una operación, sabemos con poco que intentemos recordar, como la enfermedad física siempre se ha presentado acompañada de alguna circunstancia delicada en nuestra vida, de alguna carencia que teníamos en ese momento, de algún sapo que nos habíamos tragado y que no sabíamos cómo metabolizar.

Cuando nos encontramos enfermos, lo adecuado parece que es acudir al médico. Ésta es una buena medida si sólo fuésemos un cuerpo, pero claro lo que hacemos es depositar nuestras preocupaciones y problemas en una persona que apenas nos conoce y que nunca va a saber que es lo que nos pasa “realmente”. ¿Tú sabes el arte que tiene que tener un médico para que en escasos 5 minutos llegue a saber concretamente que es lo que te pasa de verdad?

Al médico le obligamos a estar dilucidando qué síntomas concretos son los que tienes que estén en su alcance curar y que cosas te estás callando que son las que realmente te han hecho enfermar. Pues tirando del hilo, si el médico realmente no sabe de tus circunstancias, mal va a saber qué es lo que debe hacer contigo, lo único que puede hacer es lo que ya todos conocemos, es decir darte un tratamiento estándar y mandarte unas medicinas que compartes con otras miles de personas más. Pero, ¿es igual tu ardor de estómago que el de otro? ¿y tu dolor de muelas? ¿y el trancazo de gripe con que te has levantado? Pues resulta que todas las personas que tengan esos síntomas van a compartir contigo el antiácido, antiinflamatorio o antigripal de turno que te han mandado a ti.

¿Te ha dicho alguna persona, las pastillas que ha tenido que probar hasta que ha dado con una que le “sentaba bien”?. Pues realmente lo que la mandaban era el mismo producto con distinta presentación, o sea los “mismos perros con distintos collares”. Porque ¿qué pueden mandar a una persona que tiene inflamación?, pues ya sabes, antiinflamatorios se llamen “b” o “c”, ¡es que no hay otra cosa que mandar!

Y en este estado de cosas, ¿alguien se pregunta por los hipotéticos “avances de la medicina”? Cualquiera que pase por un ambulatorio o un hospital, se dará cuenta que lejos de haber cada vez menos enfermedad como cabría esperar debido a estos cacareados avances de la medicina, cada vez hay más enfermos y lo que es peor cada vez más enfermedades.

Otra cosa que me preocupa es la “prevención” de la enfermedad, que al parecer pasa por una medicalización de las personas sanas en base a que hay que prevenir tal o cual enfermedad “por si acaso algún día aparece”, que tampoco es seguro que vaya a aparecer. De manera que sobretodo ancianos y personas de mediana edad, a quienes se inocula miedo a la enfermedad, se les manda ir a revisión cada 4-6 meses con la ilusión de que así van a protegerse de todo.

Esto que podría ser saludable, se puede convertir en enfermedad, cuando por casualidad te toman la tensión en el médico y estás nervioso y alterado por alguna circunstancia de tu vida, y te da la tensión alta (la mayoría de veces la tensión alta es transitoria). A partir de entonces eres hipertenso y tu destino por supuesto es tomar antihipertensivos, no querrás tener un infarto ¿no?
Pero ¿hasta cuando tendré que estar tomando las pastillas? Pues mira…toda tu vida. Porque luego vienen las contradicciones de la medicina que te han mandado. Fíjate en los “avances” de la medicina en el prospecto de un antihipertensivo cualquiera (omito la marca): “La diuresis excesiva, particularmente en ancianos, puede producir deshidratación y disminuir la volemia con colapso circulatorio y posible trombosis vascular y embolismo. También se han descrito ligeras alteraciones gastrointestinales en algunos casos, así como episodios de vértigo leve”.

Al parecer lo menor que te puede dar es un vértigo, que ya se arreglará mandándote otro fármaco. Lo peor es lo otro más grave que te puede dar como deshidratación, colapso circulatorio, trombosis vascular y embolia, y ahora me pregunto, ¿pues no era esta medicina, para prevenir la salud de tu corazón? Pero hay otro detalle, y es que a la larga los medicamentos para la hipertensión (y cualquier medicamento) producen colesterol, con lo que ya tenemos otra receta para “prevenir no se que” y ya en los efectos secundarios de las pastillas del colesterol, ya es que me pierdo, porque es una intrincada maraña parecida a una selva tropical.

Pues sí, esta es la prevención que se está haciendo actualmente, ¿no te parece a ti que está un pelín equivocada la forma de prevenir las enfermedades? ¿No sería mejor encomendarse a Dios y rezar un Padrenuestro para que te cure si estás enfermo?
Lo importante en medicina son los resultados. Se puede ser muy científico y tener muchos conocimientos, pero si el paciente muere, no se cura o no se le puede proporcionar alivio ¿de qué le sirve que el método sea “oficial y científico”? ¿de qué le sirven los avances de la ciencia? A mí me parece, que la forma de aplicar medicina en una sucesión de crearte nuevas “averías” que requieren un nuevo fármaco, está tocando a su fin; que la medicina como la conocemos hoy, tiene sus días contados y que el concepto de enfermedad que tenemos está funcionando en realidad como justificación de la desaforada medicación masiva a la que hemos llegado.

Te dejo un relato sobre médicos: En la China milenaria, el trabajo de los médicos no era curar a los enfermos, sino mas bien mantenerlos sanos. En consecuencia, sus pacientes les pagaban cuando estaban sanos, y dejaban de pagarles cuando enfermaban. Cuando un paciente moría, la familia del difunto colgaba una lámpara en la puerta de la casa del doctor; si había demasiadas lámparas encendidas, el negocio iría mal…
¡Ay que listos los chinos! ¿Por qué no lo hacemos nosotros?


* Este artículo forma parte de nuestra Revista digital de Psicología y Grafología nº3. Puedes suscribirte aquí y te la enviaremos de forma totalmente gratuita

Este artículo puede ser referenciado y/o extractado parcialmente enlazando siempre con el origen http://psicologia-grafologia.blogspot.com/2010/11/la-salud-y-los-hipoteticos-avances-de.html

lunes, 23 de agosto de 2010

Saca Partido A Tu Alma

¿Sabías que puedes tratar todas las dimensiones de tu vida sólo “escuchando” a tu alma? Efectivamente esto es lo que deberíamos hacer, escuchar lo que nos dice nuestra alma y encontrar nuestro talento más valioso sin pensar en las consecuencias ni en el qué dirán.

Todas nuestras ilusiones, nuestras esperanzas no se pueden parar porque hay alguien a quien no le gusta; porque alguien no las aprueba.

¿Pero cómo podemos escuchar a nuestra alma? ¿Acaso podemos hablar con ella? ¿No encontraremos interferencias a nuestro mensaje?

Pues sí, ¡claro que las vamos a encontrar! Ahora se habla mucho de la contaminación ambiental, del ruido, de la polución, pero nadie parece tener en cuenta la contaminación psicológica que hay en nuestro mundo, de la contaminación que hay en los medios de comunicación que nos hacen parecer totalmente ridículos si no usamos determinado producto que nos hará ser más felices o si no compramos determinados bienes de consumo con el que destacaremos por encima de alguien…

Si que hay interferencias para que no podamos escuchar a nuestra alma de una forma nítida y clara, porque si te comparas siempre con los demás eres por definición una persona infeliz.

Claro que nunca es tarde para rectificar y empezar a actuar, porque realmente podemos quedarnos en muchas ilusiones, proyectos o metas y que jamás lleguen a materializarse, para esto lo único que tenemos que hacer, es pasar a la acción, porque de eso se trata de ponernos en movimiento echando mano a nuestra intuición.

Una buena definición de intuición (no confundir con hacer las cosas a lo loco) es la de tomar una decisión cuando no tenemos todos los datos necesarios para hacer un análisis lógico de la situación, cuando no tenemos contestación a todas las preguntas que nos hacemos, a todos los pros y contras que buscamos para hacer cualquier cosa.

Realmente si nos fijamos en los grandes descubrimientos, la mayoría se han hecho porque alguien tuvo una idea intuitiva o bien por pura casualidad.

Nos podemos preguntar por ejemplo qué habría pasado si alguien no se hubiese olvidado un trozo de masa en un sitio templado y no se hubiera descubierto la levadura o si en 1929 Fleming no se hubiera percatado de que en unas placas olvidadas había crecido el hongo que producía la muerte de las bacterias y que llamó penicilina; o cuando en 1895, W. Röntgen colocó algunos objetos enfrente de las placas y vio los huesos de su mano proyectados sobre la pared, de hecho curiosamente se les llamó rayos X porque nadie sabía de que se trataba. Así podemos seguir hasta el infinito aunque no me voy a privar de hacer una pregunta curiosa. ¿Se le ha ocurrido a alguien preguntarse si Colón hubiera utilizado sólo la geografía que había aprendido en el “cole”, si no hubiera tenido la valentía de echarse a la mar?

Pues ya que hemos visto de qué sirve la lógica y los análisis profundos de las situaciones ¿podríamos dejarnos guiar por la intuición? ¿Podríamos escuchar a nuestra alma y hacer lo que realmente queremos?
Porque yo me pregunto quién decide lo que está bien o mal, lo que nos conviene, lo que nos va a servir para ser más felices, quién decide lo que tenemos que hacer. Quizás nos serviría decir que hay personas encarceladas que se sienten libres y personas aparentemente libres que se encuentran encajadas en trabajos deprimentes o familias totalmente destruidas y que por supuesto lo que menos experimentan es libertad.

Pues eso es realmente hablar con el alma, primero escucharla y ver qué dice y después darle lo que pide le pese a quién le pese, sólo quitando todas las cerraduras que nos aprisionan y nos limitan será como la podamos escuchar claramente. Si cambias tu punto de vista y haces caso de los mensajes de tu alma ahí estará tu camino, lo tienes delante. Verás como entonces sí que la escuchas.


Este artículo puede ser referenciado y/o extractado parcialmente enlazando siempre con el origen http://psicologia-grafologia.blogspot.com/2010/08/saca-partido-tu-alma.html

domingo, 11 de julio de 2010

Saca Partido a tu Mente

¿Sabías que puedes tratar todas las dimensiones de tu vida tan sólo “educando” a tu mente?

¿Cuántas veces te has dicho, me gustaría hacer tal cosa…. (comprarme una casa, irme a vivir al campo, trabajar sólo en lo que me gusta, ir de vacaciones a…) para a continuación, como en un triste monólogo responderte… pero es que, “no tengo dinero” o “me es imposible irme a vivir al campo ya que tengo aquí muchas obligaciones” o “si, es muy romántico trabajar sólo en lo que te gusta pero hay que comer, pagar recibos, etc” o “como voy a irme de vacaciones si ando tan “justo “ para los gastos más corrientes.

Si observas atentamente el monólogo que sostienes contigo mismo, el esquema de tus pensamientos está hecho como en el cuento de Juan Palomo “yo me lo guiso, yo me lo como”.

¿Pero qué hay de cierto en todo ello? ¿Podrías controlar un poco esos pensamientos negativos y “pensar” sólo lo que de verdad quieres?

Porque si no estás dispuesto a irte a vivir al campo, ¿para qué lo dices? ¿Para sentirte frustrado? ¿Para que comprendas que eres un perdedor y que nunca vas a conseguir nada de lo quieres? ¿No sería mejor que sólo pensaras lo que de verdad quieres?

Lo primero que vamos a hacer es analizar una por una nuestras creencias. Te diré lo que vamos a conseguir con ello. Las creencias son el mayor freno que podemos tener ante la idea de hacer un cambio en nuestra vida, y ello conlleva implícitamente que vamos a estar anclados en el pasado sin “darnos permiso” a nosotros mismos para poder volar y hacer lo que realmente queremos.


Vamos a analizar algunas de las creencias más corrientes que andan por nuestra cabeza, y vamos a ver si son lógicas o no. Por supuesto no nos debemos preguntar si son verdad porque entonces contestaremos que si, ya sabemos que son ciertas, pero sólo y exclusivamente “para nosotros”.


SIEMPRE QUE LAVO EL COCHE LLUEVE

¿Te ha pasado alguna vez que después de tener el coche lavado y darte una paliza se ha puesto a llover y se ha vuelto a lavar otra vez con lluvia?
Este es un clásico, que se le repite a mucha gente y vamos a desarmarle.

La primera pregunta que debes hacer es, ¿es lógico que el que yo lav e el coche dé por resultado que llueva? Y yo a mi vez te pregunto ¿crees que los hados atmosféricos se vayan a confabular para fastidiarte a ti porque te han visto afanar con esponja y jabón en tu coche? Qué poderío tienes ¿no? Un aplauso para ti que dominas los fenómenos atmosféricos de esa manera aunque sea en tu contra.

Pero yendo un poquito más allá, estoy viendo que eres una persona muy insolidaria.
¿Y yo porqué soy insolidario si siempre que puedo ayudo a todo el mundo, si hasta peco de buenazo? ¡Pues hijo, porque se te podía ocurrir lavar tu dichoso coche en Julio y Agosto cuando tanta faltita nos hace el agua! O cuando hay una pertinaz sequía y los pantanos andan al 10%. O cuando hay tantos incendios forestales y vendría bien que se apagaran con una buena tormenta...

¿Ya vas viendo que lo que decías arriba de que siempre que lavo el coche llueve es una verdadera tontuna que sólo está en tu cabeza?, ¿podrías pensar un poco mejor de ahora en adelante antes de hablar y ser más consistente con tus palabras?


Bueno, después de esta pequeña riña, te voy a explicar que significa este pensamiento tuyo que tanto te incordia, pero te lo voy a explicar para que lo soluciones y lo borres de tu cabeza.


En esta sociedad nuestra que le gusta oler tan bien, llena de lociones, colonias, desodorantes y demás máscaras, que disminuyen nuestros sentidos hasta límites atrofiantes, nosotros a pesar de ello, aún seguimos conservando algunas de nuestras facultades, aunque de hecho ni siquiera nos damos cuenta que las tenemos.

¿Has oído alguna vez cuando está a punto de llover, que una persona dentro de una casa dice que huele a humedad y ni siquiera ha visto que está empezando a chispear? ¿O has visto como se pone correosa la barandilla de madera de la escalera cuando va a llover?
Las señoras también observan como su pelo se riza más cuando hay humedad en el ambiente. Los pájaros bajan al suelo a comer antes de que llueva para preparar sus despensas y tú los ves sin reparar en ello siquiera.
Hay personas que tienen cicatrices de alguna operación y dicen que cuando va a llover la cicatriz “les pica”...y así podríamos seguir con muchos más ejemplos.

Pues todas estas cosas tan sutiles todavía las conservamos aunque de forma inconsciente, y son las que te funcionan a la hora de saber que va a llover. Y esto es lo que hace que laves el coche cuando “sabes” que va a llover, y lo que estás haciendo con este sutil “autosabotaje” es corroborarte a ti mismo que fracasas en muchas cosas que te gustaría tener, por ejemplo en tener el coche limpio que encima se quedan goterones de barro en los cristales con la lluvia, que haces trabajos que nadie te agradece ni te paga, porque no me negarás que no hay un trabajo más inútil que lavar el coche poco antes de que se lave solo, que tus esfuerzos por hacer bien las cosas no te los reconoce nadie, que eres gafe, que tienes mala suerte…


¡Pero basta ya de tanta lágrima hombre! ¡Basta de tanto castigo! ¿Podrías ser más amable contigo mismo? ¡Fíjate lo que podrías hacer!

Cuando vuelvas a ver que tu coche necesita un lavado, mira antes al cielo y observa atentamente, ¿hay nubes? ¿está oscuro?

Luego mira atentamente el suelo y observa si hay pájaros comiendo.

Levanta la nariz y huele el ambiente, ¿huele a lluvia?

Cuando vayas a casa en lugar de subir en ascensor sube andando y pasa la mano por la barandilla ¿está correosa?

¿Has dicho que SÍ a alguna de estas preguntas?…pues entonces NO LAVES EL COCHE!!

Has dado un paso gigantesco porque has derrotado al arma más peligrosa de tu vida…TU PROPIA FRUSTRACIÓN.


Este artículo puede ser referenciado y/o extractado parcialmente enlazando siempre con el origen http://psicologia-grafologia.blogspot.com/2010/07/saca-partido-tu-mente.html